Bolivia se vio como el adversario ideal a que Brasil volvería a convencer a sus seguidores y confirmaría su reacción, que comenzó con el victoria 3-0 a Chile en Santiago. Últimos en la tabla y con la peor defensa de la competición, con 20 goles recibidos, los bolivianos acabaron complicando el partido a Brasil. Apático, el equipo brasileño no pudo romper el 0-0 y no logró imponerse al débil equipo andino. Se habló mucho de que los brasileños debían evitar el exceso de entusiasmo en el partido contra el débil equipo boliviano, pero lo que parecía una tarea sencilla para los que lograron vencer a los chilenos dirigidos por Marcelo Bielsa se transformó en una enorme complicación para los hombres de Dunga.
El partido, que debía ser la confirmación del regreso de Brasil al buen fútbol tras su decepcionante actuación en los Juegos Olímpicos de Pekín, terminó con el mismo marcador que la primera parte, y el equipo no consiguió ni una sola vez llegar a la portería boliviana con opciones reales de marcar.
Cuando los errores en la defensa brasileña se hicieron recurrentes, con Diego y Ronaldinho Gaúcho intentando insistentemente dar entrada a Luís Fabiano, excesivamente marcado por la zaga boliviana, empezaron a surgir los primeros abucheos de los pocos aficionados dispuestos a pagar el prohibitivo precio de las entradas y dirigirse al Estadio João Havelange.
Bien dirigida por el seleccionador Erwin Sánchez, que no dirigió al equipo desde el banquillo por sanción, Bolivia mantuvo una gran disciplina táctica durante todo el partido.
Bloqueando todas las oportunidades de ataque de los locales y marcando de cerca a los creadores de juego brasileños, además de anular prácticamente al punto focal de Brasil en ataque, Luís Fabiano, la defensa andina también provocó un fuera de juego bien ensayado en varias ocasiones.
Brasil sólo pudo llegar a la portería de Carlos Arias en el minuto 18, cuando, aprovechando un hueco en su defensa, Maicon corrió con el balón por la banda derecha y centró para Luis Fabiano que, desequilibrado, no pudo completar el gol.
Poco después, los bolivianos dieron un susto a Júlio César por única vez en los primeros 45 minutos, cuando Ronald García sacó un disparo desde fuera del área, obligando al guardameta brasileño a rechazar el balón a los pies de Marcelo Moreno, ex del Cruzeiro, que desperdició el rechace.
El equipo boliviano, que venía de caer por 3-1 ante Ecuador en Quito, siguió jugando bien en el segundo tiempo, mientras que Brasil mantuvo su postura bovina, sin apenas asustar a los visitantes. Sólo Juan, que ya había mostrado buenas maneras en la primera parte, se esforzó por hacer avanzar al equipo, sin éxito.
Impacientes, los aficionados intensificaron los abucheos y llegaron a gritar "Adiós, Dunga", pidiendo la marcha del técnico. El técnico, que parecía nervioso en el banquillo, intentó incluso arreglar el equipo durante la segunda parte, dando entrada a Júlio Baptista, pero apenas tuvo efecto en la actitud de los jugadores. "Burro, burro, burro", insistían los aficionados decepcionados.
Con este resultado, Brasil se mantiene en el segundo puesto de la competición preliminar para el Mundial de Sudáfrica 2010, pero aún podría ser superado por Argentina, que se enfrenta esta noche a Perú.
En la siguiente ronda, la novena y última de la primera fase de clasificación, Brasil se enfrentará a Venezuela el 12 de octubre fuera de casa, mientras que Bolivia se medirá a Perú un día antes.